Con la proliferación de chats, foros y webs sobre el BDSM también han aumentado espectacularmente las personas que se acercan al BDSM con curiosidad o por morbo. Muchas de estas personas continúan en esta temática y marcan como prioritario objetivo tener prácticas, tener Amo/a o tener sumisas/os.
Pocas son las personas Dominantes que aceptan de buen grado que tambien deben formarse, instruirse, mentalmente.
Hablar de ética o de asuntos conceptuales suele ser aburrido para la mayoría, que incluso toman las opiniones ajenas como "moralina", y las rechazan usando la ya típica frase de 'la retrógrada ortodoxia'.
No entraré a debatir sobre el concepto de BDSM que tiene cada cual, pero sí veo importante que ese "aumento" de personas afines al BDSM también conozcan ciertas bases que harán que sus relaciones sean más satisfactorias (entrecomillo esa palabra porque no se trata de un aumento real, sólo de que cada vez más gente reconoce su interés por el BDSM y abren los ojos).
Tanto para Dominantes como para personas sumisas, el siguiente texto, puede resultar interesante. Se trata de mi traducción sobre un escrito de Les Is More, del año 1998, con aportaciones de Silent Intruder (original en inglés).
No sólo sienta unas bases éticas sobre el comportamiento que debe mantener un/a Dominante con las personas a su cargo, sino que también incide en los límites que se deben respetar en las relaciones de los demás; algo que es fundamental cuando un grupo de personas tienen la pretensión de crear una Comunidad sana y feliz.
(Como en todas las traducciones que ofrezco, este texto tiene conscientes errores ortográficos, que me permiten constatar quienes se aprovechan del tiempo de los demás usando el copy/paste).
He aquí el documento:
Ser Dominante/sumis@ es un estado mental. No es un acto sexual, no es un juego, y no es representar un papel como si fueran actores. Este estado de ser es totalmente asexual (para hombres y mujeres).
Primero, y sobre todo, un/a Dominante es siempre un Caballero o una Dama. No existe ninguna excusa para ser mal educado o rudo con los demás. Salvo para las personas sumisas que necesitan y requieren esto de su Dominante y han dado su previo consentimiento.
Segundo, un/a Dominante debe mantener siempre el control. Drogas, incluso el alcohol, afectan a la mente y al cuerpo. Afectan a las relaciones y, lo más importante, pueden afectar a una escena, restándole control al Dominante. Si un Dominante no es capaz de controlar sus propias emociones y actos debe considerarse incapaz de controlar a otro ser humano.
Tercero, un/a Dominante es siempre Honesto. Mentir es demostrar que no se merece confianza, y una persona sumisa debe confiar en su Dominante. Mentir sobre el nivel de experiencia que se tiene, sobre el número de personas sumisas que se han tenido, sobre el ideal de relación que se desea para un futuro, etc es abusar de la confianza que otra persona ofrece. Cualquier persona sumisa valora mucho más la verdad que una mentira piadosa.
Cuarto, un/a Dominante acepta la responsabilidad de todas sus acciones. Todo el mundo comete errores. Buscar una falsa excusa para un error propio, o culpabilizar a otra persona, sólo provoca una pérdida de respeto.
Quinto, un/a Dominante espera respeto, pero no lo exige. Ningún Dominante exige a los extraños que le llamen Amo, Ama, Master, Mistress, Dom, etc unido a su nombre. Usar esta clase de títulos en reuniones BDSM, o en internet, es, además de infantil, inapropiado, dado que es el comportamiento de cada cual el que describe quién es quién dentro del BDSM. Los/as Dominantes jamás usan esos adjetivos calificativos cuando se refieren entre ellos/as, dado que están en el mismo plano de naturaleza.
Sexto, un/a Dominante conoce la diferencia entre necesidades, deseos y expectativas. La persona sumisa puede querer una relación 24/7 con un comprensivo Dominante. La persona sumisa puede desear una corta relación con una ruda persona. La persona sumisa puede necesitar casarse y tener hijos/as.
Deberes de un/a Dominante
Es el deber de un/a Dominante controlar sus emociones. Castigar a una persona sumisa bajo un acceso de furia o en un ataque de ira es abuso.
Es el deber de un/a Dominante recordar siempre que la entrega es un regalo. Infravalorar ese regalo es abusivo. Cuando la persona sumisa no es libre para retirar su regalo entonces ha dejado de serlo.
Es el deber de un/a Dominante cuidar y proteger a todas las personas sumisas. Esto no significa protegerlas hasta que puedan encontrar a otro Dominante, manteniéndolas mientras tanto para sí mismo/a. Esto tampoco significa inmiscuirse en la relación de una persona sumisa con otro Dominante. Se puede ofrecer ayuda, pero nadie debe forzar a que esa ayuda se acepte.
Es el deber de un/a Dominante tomar a la persona sumisa que encaje con sus preferencias. Una sumisa que no tolere el látigo no debe pertenecer a un Dominante que prefiera usarlo.
Es el deber de un/a Dominante tomar únicamente el número de sumisas que adecuadamente pueda controlar, proteger, amar, confortar y cuidar. Es intolerable mantener una entrega bajo falsas promesas. Liberar a una sumisa es el mejor camino para que ambos puedan continuar sus propias vidas.
Es el deber de un/a Dominante vigilar y controlar la escena cuidadosamente, prestando atención a que nada dañe innecesariamente, física o emocionalmente, a la persona sumisa implicada.
Es el deber de un/a Dominante, después de haber realizado una escena, asegurarse que la persona sumisa está emocionalmente estable. Durante la escena, cualquier persona sumisa, está sobreexcitado hormonalmente. Más tarde, el cuerpo, reduce esa concentración hormonal, y se puede caer en un estado depresivo. La persona sumisa debe haber sido prevenida sobre ese posible estado posterior, y asumirlo como algo natural, que puede tardar unas horas o un dia en desaparecer. Incluso un/a Dominante puede experimentar esa depresión post-escena. No debe practicarse ninguna otra escena hasta que todas las personas implicadas hayan recuperado su normal y habitual estado emocional.
Es el deber de un/a Dominante conocer y comprender qué necesita, desea y espera la persona sumisa a su cargo. Malas interpretaciones sobre estas tres cuestiones provocarán, casi con seguridad, problemas mentales y emocionales a la persona sumisa.
Responsabilidades de un/a Dominante
Es responsabilidad de un/a Dominante asegurarse que una persona sumisa sin dueño/a es guiada adecuadamente hacia el tipo de Dominante que necesita. De nuevo, un/a Dominante, puede ofrecer consejo y ayuda, sin imponerlo unilateralmente.
Es responsabilidad de un/a Dominante asegurarse de que la persona sumisa a su cargo sabe diferenciar entre lo que es abuso de lo que no lo es.
Es responsabilidad de un/a Dominante asegurarse de que la persona sumisa a su cargo conoce sus Derechos.
Es responsabilidad de un/a Dominante ofrecer a la persona sumisa a su cargo información sobre el BDSM y sobre su modo de vida.
Es responsabilidad de un/a Dominante asegurarse de que la persona sumisa a su cargo crece y se desarrolla bajo su posesión tanto en el BDSM como en su vida social/familiar/laboral.
Actos Deshonrosos
Es deshonoroso para un/a Dominante que la persona sumisa a su cargo sufra daño innecesario.
Es deshonoroso para un/a Dominante violar los derechos de una persona sumisa a su cargo.
Es deshonoroso para un/a Dominante aceptar o rechazar entregas por mero entretenimiento. (salvo en los casos de personas sumisas que prefieren los juegos de abandono temporal o definitivo).
Es deshonoroso para un/a Dominante inmiscuirse en la relación de una persona sumisa con otro Dominante.
Es deshonoroso implicar en escenas propias a personas sumisas de otro/a Dominante sin su permiso y conocimiento previo.
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